* Viaje recomendado por Kik Balanga en Italia
Roma - Toscana (Porrona, Siena, Florencia) - Venecia
Descubre la opinión de Kik Balanga
El arte de vivir
De verdad que este no es uno más. El viaje que os invito a realizar por la mitad norte de la bella Italia es una delicatessen exquisita, una experiencia íntima que roza lo divino. Un tesoro.
Eternidad, armonía, belleza, perfección… esos son los dones impenetrables por los que Italia nos fascina, las claves de su magia. También lo son, y en ese contraste extraordinario reside su inmenso atractivo, la adorable cercanía de sus gentes, su devoción por la tierra, la comida, el amor, la familia, la amistad…
Italia es más divina cuanto más humana, y de una cosa y de la otra va este recorrido feliz, porque no puede ser otra cosa que feliz, por las ciudades más afortunadas de este afortunado país: Roma, Siena, Florencia, Venecia…
En esta mitad norte bendecida por el clima y el paisaje nació el Renacimiento, la era fundamental para el progreso del hombre. Sobre el teocentrismo de la Edad Media (el hombre vivía sólo para Dios), el antropocentrismo del Renacimiento arrojó el humanismo, la libertad, la verdad científica, la tecnología, la razón y el amor a la vida. El hombre podía seguir contando con Dios, pero se debía a sí mismo. El objetivo de la vida era la humanidad, no la deidad. Dante, Petrarca, Vasari, Da Vinci, Miguel Ángel, Galileo, Boticelli, Bernini, Los Médici, Los Borgia, Marco Polo… ¿Para qué seguir? Nuestra visión más elevada y admirativa de Italia tiene protagonistas a tutiplén.
Sin embargo, que la grandeza histórica no os impida pisar el suelo y disfrutar de un buen chianti Brunello di Montalcino (no lo hay mejor en la Toscana),o de un Montepulciano. O de un Moscadello di Montalcino… Cuando lleguéis al limoncello, o al Licor de Amaretto, ya habrá oscurecido. Ya habrán desaparecido del cielo esos tonos púrpura que os volverán locos ¡Buona Notte!
Roma es el ruido. Florencia es el murmullo, tampoco el silencio. El puzzle impecable de arcos, pasadizos y galerías escondidos detrás del tiempo. El buen gusto. Durante el ocaso, la luz del atardecer tiñe de un rojo intenso los tejados y fachadas de sus casas. La gente pasea alegre en sus bicicletas, deteniéndose en las terracitas de sus calles empedradas, en sus mercados y boutiques. En sus museos y galerías de arte. El ambiente universitario se respira por cualquiera de sus rincones. Disfrutadla a tope.
Encontraréis, entre tanto jaleo renacentista, pequeños y deliciosos pueblos medievales. Pero encontraréis también aparcamientos atestados, restaurantes de carretera petaos, centros comerciales, rutas de peaje insufribles, llenas de gentes diversas que van y vienen. Y encontraréis, ‘al final de la escapada’ (permitidme
este pequeño homenaje al granTrufaut), una inverosímil ciudad sobre el agua, Venecia. La capital del comercio mundial durante el quinquacento, la ciudad del placer, el libertinaje, la lujuria… (que se lo digan a Casanova)… El hedonismo consagró Venecia como su meca definitiva, y el lujo, boquiabierto ante su singularidad geográfica, se apoderó de ella. Puentes, canales, callejuelas, pequeños ríos entre portales, cubiertos por un musgo milenario. De Venecia no puedo, ni quiero, decir nada más. Ya lo diréis vosotros.
So che andrà molto bene. Buon viaggio.
Alojamientos
ALOJAMIENTOS PROPUESTOS
ROMA
Alojamiento Hotel Westing Excelsior 5* – Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
PORRONA (TOSCANA)
Alojamiento en el Hotel Castel Porrona 5*. Habitación doble Deluxe – Régimen de alojamiento y desayuno.
VENECIA
Alojamiento en el Hotel Metropole 5*. Habitación doble Deluxe – Régimen de alojamiento y desayuno
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Agenda detallada del viaje
Día 1 - Llega a Roma
Llegada al Aeropuerto Internacional de Roma, que por cierto, está ahí mismo (dos horas y pico).
Llegada a Italia, un país que tal vez conocisteis de estudiantes, deprisa y corriendo y con un presupuesto de pena. O que tal vez habéis visitado ya de adultos, en viajes de trabajo agotadores. O sea, deprisa y corriendo también, aunque sin pasar estrecheces. O puede que no, que sea uno de esos sueños que tienen que salir redondos: buen momento, buen programa, presupuesto generoso y buena compañía. Si es así, aquí lo tenéis. Aquí empieza.
Si la hermosa Roma fuera algo así como Krasnoyarka, en la tranquila Siberia, yo tendría poquito que escribir y vosotros poquito que leer, y es posible que esa brevedad nos dejara a todos muy satisfechos, pero…. Roma es una ciudad cuya historia y milagros ocupa, sólo en la wikipedia, ¡treinta y cuatro páginas! Y eso que no recoge todo lo que a mí, y estoy seguro de que también a mucha otra gente, más nos enamoró de Roma. Desde luego, más que el Arco de Constantino o la Tumba de los Escipiones (que también tienen mucho mérito). Me refiero a esos adorables Audrey Hepburn y Gregory Peck, subidos en su Vespa 125 de cinco caballos y callejeando por el Trastévere. Y a ese Mastroiani noqueado por la fascinación y el deseo, mientras Anita Ekberg se bañaba voluptuosa en la Fontana de Trevi. Y al gran Fellini, retratando el bien y el mal en aquella Via Venetto agitada por una juventud libertina y hedonista (“La dolce vita”).
Pues sí, ya estáis en Roma, la ciudad que guarda las esencias del catolicismo mundial (junto a un montón de secretos que tal vez nunca terminarán de saberse). Roma la grande, la que no sólo nació de una loba amamantando a dos niños, sino que dio de mamar al mundo entero civilización, administración, orden social, cultura, lengua, literatura, arte, arquitectura, filosofía, religión, derecho, moral, y hasta estrategia castrense (impopular hoy día pero importantísima). Ah, y todas esas maravillas del urbanismo y la ingeniería que todavía estamos agradeciendo. Roma, la capital del más influyente y determinante imperio de la historia.
La ciudad eterna. La ciudad-madre que nos parió a casi todos en el Hemisferio Norte y en buena parte del Hemisferio Sur, desde la Patagonia hasta Groenlandia y desde Islandia hasta la frontera con China. Es cierto que los romanos no llegaron a tantos sitios, pero sí llegaron, entre o tras cosas, sus divisiones métricas, su dominio de la mecánica y la física, su lengua, sus leyes y su Dios.
Mucho sobre él (el Dios cristiano) escucharéis y veréis estos días. Y mucho os váis a mover también de un sitio a otro, de modo que ya podéis prepararos, física y mentalmente, lo mejor posible.
Ya estoy en Fiumicino, y allí está con su cartelito con mi nombre la chofer que me ha designado Linda.
Buongiorno per la mattina signorina, y me responde ¡buenos días Kik! Habla español perfectamente. Lo tienen todo controlado, adoro a Linda. Y al coche privado que me lleva al Hotel en el mismo centro de la Ciudad, en esta ocasión me han elegido el Westin Excelsior, uno de los mejores cinco estrellas de la Ciudad.
– Prepárate a las 18:00 que nos vamos a ver como anochece en Roma ¡¡en Vespa!! Conduzco yo.
– Perfecto ja ja ja, estaré en recepción esperándote.
Y de 18:00 a 20:00, han sido las dos horas más locas que os podáis imaginar, por el centro de esta maravilla de ciudad en la vespa, entre el tráfico, sin preocuparme de nada, disfrutando de cada rincón… se iba parando y me decía, aquí fíjate en… un disparate, que planazo me teníais reservado, buff, anocheció y me dejó en la puerta del hotel, para descansar con las imágenes de este primer encuentro ¡¡¡mágico!!!
Alojamiento Hotel Westing Excelsior 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 2 - Visita privada a la Basílica de San Pedro, los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina + Picnic DeLuxe
Desayuno en el hotel. Tengo la reserva en Alojamiento y desayuno para que me sea fácil el amanecer. Bajo y pido un café napolitano, de los que deberían estar considerados droga dura porque crean adicción, y ¡¡¡ sales por la puerta dando saltos!!! Negro como una noche sin luna.
Me recogen, como acordamos ayer, nuevamente con el coche en la puerta del hotel y nos vamos a hacer una visita privada de los Museos Vaticanos, de unas cuatro horas. Me está esperando el guía oficial y nos centramos en la Capilla Sixtina y San Pedro. Aquí, en San Pedro me dan además auriculares, para que sea discreta nuestra visita.
No sé cómo puede haberse alineado el Universo para crear tanta belleza y ponerla junta… esto es un disparate.
Al terminar y muy agradecido a este mega experto que me ha facilitado la digestión de tanta belleza, me espera mi coche. Saltamos de los Museos Vaticanos a Villa Panphili, Linda dice que si no haces un picnic con su cesta de mimbre, su vajilla de verdad y la manta de cuadros, no has entendido nada ja ja ja qué carácter Mamma mia!!!
El Vaticano ya es otra cosa. Difícil explicarlo en dos o tres líneas y salir del paso. Como difícil es imaginar la magnitud, la importancia y el valor del patrimonio artístico que atesora La Iglesia, ya no en el mundo, sino sólo en su pequeño estado (no hablo de juzgar, sólo de imaginar).
La Ciudad del Vaticano es la única del estado (que ocupa 440.000 m2 y es el más pequeño e influyente del mundo) y por tanto su capital. Está enclavada en la zona oeste de Roma y tiene moneda y sellos propios. En 1984 el estado entero fue proclamado Patrimonio de la Humanidad, pero está claro a quién pertenece de verdad ese impresionante patrimonio.
La historia del Vaticano resulta imposible de separar de la historia de Roma. En el año 590, el Papa Gregorio Magno logra estabilizar las fronteras y demarcar el territorio pontificio, que se convertirá para siempre en el centro espiritual del cristianismo. Y en su centro económico, por supuesto. Parecería lógico mantener un ejército que defendiera ese “patrimonio de la humanidad”, pero no existe tal ejército, sino una Guardia Suiza disciplinada, vistosa e inofensiva. “Si adornano ma non uccidono” (adornan pero no matan, dicen los italianos).
Ya en la Plaza de San Pedro nos sorprende el ir y venir de curas y monjas, de todas partes y de todos los colores: caucásicos de un rubio escandinavo, africanos, asiáticos… Esos van de visita, y se diferencian claramente de los que viven allí en que todo lo miran extasiados, especialmente el cielo, mientras que los locales se mueven con indiferencia y van a su rollo un poco ausentes, mirando más al suelo que al luminoso cielo romano. Monjas y más monjas en la (¡muy espectacular!) basílica. Y curas, y frailes, y novicias, y seminaristas, y peregrinos… Y miles de turistas (caben sesenta mil personas en la Basílica), desde ancianos tullidos a jóvenes mochileros, llegados también de todas partes del mundo. Un muestrario humano inolvidable.
Edificado sobre la tumba del apóstol San Pedro, la Basílica vaticana es el templo más importante y más grande de la Cristiandad. Aunque pasó por varias manos desde el siglo IV, fue Miguel Ángel quién asumió el proyecto completo en 1546. Después de recorrerla y subir a la Cúpula, llegaréis -concentraos bien porque aquí está el verdadero éxtasis- a la impresionante Capilla Sixtina, la obra cumbre del grandísimo Buonarotti. Sin comentarios.
Luego vienen muchas más cosas sobre las que os hablará con extraordinaria profesionalidad el guía, aunque a mi modesto entender, no pueden compararse con La Capilla. Nada puede compararse con ella.
Por cierto, si eliges este viaje es por que te interesa la parte cultural; la intensidad histórico-artístico-monumental, no sólo en Roma sino en las otras ciudades del programa, va a ser de órdago.
Esta tarde la tengo libre, para darme a mi aire una vuelta por los alrededores. Me gusta tener mis ratos, saco la acuarela, leo un libro… o vida contemplativa, muy necesaria.
Entre una cabezada tumbados en cualquier pequeño parque y una siesta en el hotel os recomiendo lo primero; y entre una cena muy formal en un restaurante elegante y un brujulear de terraza en terraza, todas las que podáis, mi consejo ya adivináis cuál es.
Las terrazas en Roma son un monumento más, un monumento vivo y dinámico que divierte y toca el corazón. Aunque ruidosos como ellos solos, el hablar bajito no ha debido de inventarse todavía en esta ciudad, los romanos tienen un encanto indudable.
Alojamiento en Hotel Westin Excelsior 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 3 - Visita privada de Roma Imperial (Coliseo y Foros Romanos) + Clase de cocina italiana
A por el Napolitano, scramble eggs por favor, y dos croissants de mantequilla que me sacan del letargo. Estoy deseando ponerme en marcha.
Hoy nos vamos, mi guía y yo, a ver la Roma Imperial, el Coliseo y los Foros Romanos, El cicerone es excelente y con un español fabuloso que me lo pone muy fácil.
Estamos unas tres horas paseando por esos espacios fascinantes. Había estado antes, en otros viajes, por mi cuenta, pero no acabas de entender la magnitud de esa proeza humana que significa la Romanización. ¡Bravissimo!.
Y por la tarde, como a las 16:30, me imagino a Linda maquinando, clase de cocina en el centro de Roma, tenemos curso de pizza y helado con un chef profesional local, por supuesto en italiano.
Estuvimos unas tres horas y media aproximadamente, entre hornos, brasas y gelati, hasta las 20:00h. Y finalmente cenamos nuestras creaciones. Un planazo. El resultado… ¡¡Delizioso!!
Y, como siempre con nuestro coche, al Westin Excelsior.
Alojamiento en Hotel Westin Excelsior 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 4 - Roma a Toscana (Porrona) en un Jaguar XF
Arrivederci, Roma. Hoy toca conducir hacia el norte por una carretera importantísima, ahora os cuento por qué.
Vuelvo a la carga en el desayuno y me acerco a recepción a hacer el check out. He pedido que me tengan preparado un coche. Me apetece muchísimo conducir yo hasta Florencia, a mi aire, parando donde quiera y cuando quiera. A las 10:00h puntuales, como siempre, me tienen en la puerta un Jaguar XF* con el depósito lleno, que exceso. Así si, ja ja ja.
No os puedo contar como me siento en este instante.
De momento me voy para Cinigiano, a pocos minutos del Valle de Orcia, y a unos 30 km de Grosseto y del Mar Tirreno, por caminos entre colinas de la campiña toscana.
Hoy me quedo en Relais Camp; Spa, Castell Porrona. Si resistes la impresión, te has ganado un Gin Tonic. ¡Qué barbaridad, qué sitio, qué buen gusto!.
Dicho todo esto ¿Sabéis por dónde pasa la E-80, que os va a llevar al municipio de Porrona? Pues esta ruta europea, que forma parte de la Red de Carreteras Europeas, empieza en Lisboa, Portugal, y termina en Gürbulak, Turquía, en la frontera con Irán. Lógicamente, pasa por España, Francia e Italia.
Aunque en Pesara desaparece, vuelve a aparecer, y a llamarse igual (aquí tiene también un segundo nombre, la Nacional 2), en la localidad croata de Dubrovnik, después de que conductores y vehículos crucen el Adriático en un ferry. Luego sigue y sigue, como he dicho, hasta la frontera con Irán (a donde más vale no acercarse, por el momento). En sentido contrario, el tráfico que viene de Irán, Turquía, Bulgaria, etc., llega a Roma y sube hacia el norte hasta Grosetto (donde tendréis que abandonar la E-80 para llegar a Porrona), Livorno, Génova, Niza, etc.
Las vistas en este tramo son maravillosas, voy todo el rato pegadito al mar pero el tráfico puede ser más que serio. Os recomiendo tranquilidad y ninguna prisa.
Alojamiento en el Hotel Castel Porrona 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 5 - Toscana (Porrona-Siena) Il Duomo
Ya estoy en La Toscana, el alma tranquila de Italia, su más bello, florido y fresco jardín, su prodigioso y exquisito wonderland. Os habrán dicho una y mil cosas extraordinarias de esta región italiana, y todas son verdad: sus pequeños pueblos son una joya natural sin competencia, su campiña, una bendición para los sentidos; su inmenso patrimonio monumental y artístico, inmenso de verdad, un regalo de los dioses…
Todo eso y más es verdad verdadera, y ya me lo confirmarais cuando tengáis el placer de comprobarlo. Tras desayunar en el hotel, un guía de habla hispana os acompañará hasta Siena en visita privada, con Il Duomo como plato fuerte.
La tarde queda libre, pero os sugiero una visita al pequeño pueblo amurallado de San Gimignano, con un inconfundible sabor medieval (no sólo en su Piazza della Cisterna abundan las casas medievales, sino que el horizonte urbano del pueblo se compone casi por completo de torres de esa época. Mucho más que un pueblo con encanto, ya lo veréis.
Alojamiento en el Hotel Castel Porrona 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 6 - Toscana (Porrona - Florencia)
Hoy, después de un desayuno rico vuelvo a la carretera. Me voy a Florencia. Hay poco más de dos horas entre Porrona y Florencia (por una carretera que no tiene ya nada que ver con esa E-80 tan problemática), o sea que llego descansado y en forma.
A mi llegada, un encargado del alquiler de coches está esperándome en el hotel para recogerlo. Gracias, francamente, fastuoso.
*Jaguar XF. El alquiler incluye seguro parcial por daño y robo, segundo conductor, GPS, 400 km al día, recogida y entrega. No incluye fianza (2.000,00 €). Se requiere una tarjeta de crédito del cliente para bloquear la fianza y los eventuales km extra (1,00€/kilómetro).
Entro en mi hotel, Relais Santa Corce, y me llevan las cosas a la habitación.
Hoy me han dejado el resto del día para que respire esta Ciudad, no me extraña que sea el origen del Mal de Stendhal, que bellezón Madre mía.
Florencia (Firenze en italiano) es la ciudad más poblada de la Toscana y su centro histórico, artístico, económico y administrativo. Capital de Italia durante la Unificación italiana (1871 – 1865) en la Edad Media fue un importante enclave cultural, económico y financiero. Su mayor esplendor tuvo lugar bajo el dominio de una dinastía de leyenda: Los Médici. .
Florencia es el núcleo urbano en el que se originó, durante la segunda mitad del siglo XIV, el movimiento artístico denominado Renacimiento. Es decir, Florencia es una pasada, una cima de la belleza, el arte, la arquitectura y la cultura en toda su extensión. Una cuna del conocimiento y refinamiento mundiales y una de las ciudades más hermosas del mundo. En su centro histórico (Patrimonio de la Humanidad, faltaría más), destacan obras medievales y renacentistas, como la cúpula de Santa María del Fiore, el Ponte Vecchio, la Basílica de La Santa Cruz, el Palazzo Vecchio, el Bargello, la Galería de la Academia (que acoge al “David”, de Miguel Ángel, o los impresionantes “Uffizi” (oficinas). Y hasta aquí puedo leer, porque a mí Florencia me abruma, me acompleja y me deja francamente descolocado. A mí y a cualquiera.
Mañana la visitaré con calma.
Alojamiento en el Hotel Relais Santa Croce 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 7 - Florencia. Visita privada a la Galería Uffizi
Mi guía esta mañana se asoma al restaurante del hotel y se toma un café conmigo.
Me pone al día de cómo va a a nuestra mañana. Vamos a estar unas tres horas juntos, solos por la Ciudad y después nos centraremos en la Galeria Uffizi. Apuro el café y en marcha, estoy loco por empezar.
Ya lo he dicho, esta ciudad me sobrepasa, su belleza rotunda y su increíble ajuar de tesoros me dejan K.O. Os sugiero que prestéis atención al guía y dejéis que cada información, cada detalle y cada flechazo con los Uffizi os marque el alma para siempre.
La construcción del palacio de los Uffizi comenzó en 1560 bajo la supervisión de Giorgio Vasari (arquitecto, pintor y teórico del arte italiano) quien cumplía órdenes de Cosme I de Médici. Su finalidad inicial era albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, una vez que quedó pequeño el Palazzo Vecchio.
De esta función deriva su nombre, “Galería de las oficinas”. Durante años, algunas zonas del palacio sirvieron para almacenar la magnífica colección de arte de la familia Médici.
El guía me cuenta mucho más, incluidos los detalles del atentado que la galería sufrió en 1993. Y, entre una fecha y la otra, mil y un datos sobre la dinastía, el destino del ducado de Florencia (que pasó a ser de dominio austríaco) y los intríngulis de un testamento, el de la Duquesa Ana María. Gracias a ella, la colección fue donada al pueblo de Florencia, y su contenido fue el embrión de uno de los primeros museos del mundo. La galería abrió oficialmente al público, como museo, en 1765.
La tarde la he dejado libre para sentarme en algún cafetín a ver pasar la vida… La Vita è Bella!
Alojamiento en el Hotel Relais Santa Croce 5*. Habitación doble Deluxe. Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 8 - De Florencia a Venecia
Desayuno en el Hotel y check out. Traslado privado del hotel florentino al hotel Venecia y al llegar un asistente se nos une y nos vamos en nuestra lancha hasta la dársena del hotel. Hasta los traslados te harán sentir la elegancia de este viaje!
Hoy me alojo en el Metropole. Me siento un puntito James Bond.
Entre Florencia y Venecia hay unas tres horas de viaje por carretera. Suficientes como para ir asimilando los impactantes recuerdos que me ha dejado la primera y prepararnos para lo que sabemos que nos tiene reservado la segunda.
Venecia es, creo que no exagero, la ciudad más hermosa del planeta, la más visitada y deseada; la más emocionante. La joya mayúscula de ese cofre despampanante que es Italia.
Aún tengo un buen rato, después de almorzar y descansar, para recuperarme del shock y descubrir algunos de sus mejores rincones al atardecer. El brillo del agua entre dos luces, las del ocaso y las que se encienden para iluminar de noche la ciudad, me deja literalmente sin aliento.
Benvenutti e buonasera!
Alojamiento en el Hotel Metropole 5*. Habitación doble Deluxe – Régimen de alojamiento y desayuno.
Día 9 - Venecia. Basílica de San Marcos + paseo en góndola
Desayuno en Venecia ya suena bien y en el hotel podrás saborear ese rico café antes de la visita privada, a primera hora, de la Plaza y la Basílica de San Marcos y el Palacio Ducal (dos horas) con otro guía que me contará todo en español. Qué de cosas por ver.
A continuación, tiempo libre (no mucho) hasta el paseo privado en góndola (no podía faltar) y el aperitivo veneciano, en un local histórico, antes del almuerzo (también en esta ocasión con un asistente de habla hispana).
El paseo en góndola dura treinta minutos. El aperitivo… dependerá de lo mucho que os guste la zona. Nadie dice que, después de la invitación, no podáis quedaros merodeando por el Timón, El Parlamento o el Dodo Caffé, algunos de los mejores santuarios del picoteo veneciano.
Me emocionan las maravillas arquitectónicos de cualquier sitio, pero si estoy en una lugar donde tales maravillas rebosan, se anulan unas a otras y se comen la ciudad, lo que siento es una vaga frustración y cierta inquietud. Con esto os queiro decir que os lo toméis con calma, que no es posible verlo todo en un solo viaje y que de ningún modo renunciáis a descubrir las callejuelas, mercados y bares de la ciudad por llenaros de iglesias y más iglesias. Venecia es desbordante, y no sólo por culpa de las mareas. Nos asfixia con una belleza que no termina, que se refugia en cada templo y en cada palazzo para dejarnos, siempre, con la sensación de que nunca podremos verla entera. Ni siquiera comprenderla. Su larga historia también rebosa de nombres legendarios, de misterios, de acontecimiento que determinaron muchas veces el rumbo de la historia. Os recomiendo que leáis sobre esa historia de Venecia a lo largo de los siglos. Es fascinante.
Bien, no hay que atiborrarse de iglesias pero hay que ver las que hay que ver, por ejemplo, San Marcos. La Basílica de San Marcos, en la plaza de ese nombre que tantas veces hemos visto en cine o televisión, es el top de los tops, el monumento por excelencia, insuperable por su exuberancia y espectacularidad. Se dice que en el 828 d.C., comerciantes venecianos sacaron de Egipto el cuerpo de San Marcos escondido en un barril de manteca, para evitar que fuera inspeccionado por los oficiales musulmanes. Y que alrededor de esa reliquia Venecia construyó una basílica acorde con el espléndido concepto que tenía de sí misma la ciudad. El edificio sufrió un incendio, pero como no hay mal que por bien no venga, su reconstrucción se encargó a arquitectos venidos de Estambul, la antigua Constantinopla. Ya sabéis el por qué de esa particular atmósfera oriental que se respira en el templo, y aún fuera de él.
También váis a visitar el Palacio Ducal, en el extremo oriental de la Plaza de San Marcos. Un edificio civil que contrarresta la pomposidad ornamental del edificio religioso más famoso de Venecia.
Alojamiento en el Hotel Metropole 5*. Habitación doble Deluxe – Régimen de alojamiento y desayuno
Día 10 - Venecia. Las islas de Murano y Burano
No me puedo marchar sin hacer una escapada a las Islas. Nos lleva como cuatro horas ver Murano y Burano, con sus casitas de mil colores, y una tradicional fábrica de cristal en alguna de las dos islas, según disponibilidad..
La guía ha venido a rescatarme del desayuno y tiene un barco esperando para hacer la visita. Es una fortuna poder escuchar curiosidades y anécdotas de la ciudad de manos de una experta, solo para mis ojos. (no podrá explicar el interior de iglesias y museos pero hoy toca disfrutar de las vistas).
Tengo la tarde libre.
Esto es todo, amigos. Como libre significa libre, es vuestro turno. Callejuelas, tiendas, tabernas, terrazas, galerías, talleres, museos, mercados, clubs… Y, por supuesto, más iglesias y museos… Si queréis. A pesar de las muchas veces que me he subido a esas góndolas, de día y de noche, (por cierto, los paseos más bonitos son siempre al atardecer), me estáis dando mucha envidia.
Alojamiento en el Hotel Metropole 5*. Habitación doble Deluxe – Régimen de Alojamiento y desayuno.
Día 11. De Venecia a casa
Toca volver, tomo algo y hago el check out.
Me recogen con el cariño de los que se despiden y al aeropuerto Marco Polo de Venecia,
Arrivederci amici miei!
Hasta la vista y feliz regreso a casa (¿qué váis a hacer con tantos recuerdos felices? )