MI PRIMER SAFARI. DESTINO… TANZANIA
No olvidaré jamás mi primer viaje a Tanzania, quizá por que fue el primer safari de mi vida… pero he vuelto, y cada vez la naturaleza de este país y cada uno de sus parques me encoge el estómago. Me deja con los ojos y la boca abierta y despierta todos mis sentidos.
Había hablado con Kik. Me contó lo que me iba a provocar esta aventura y supe que la emoción de ver en directo lo que tantas veces vi en los documentales me iba a sobrecoger.
Después de hablar con él tenía claro que era mi próximo destino y desde entonces repito a todo el que me quiera escuchar, que hay que hacer un safari ¡¡al menos una vez en la vida!! ¡¡Qué experiencia!!!
Unas mínimas normas para entender que quien te guía se ocupa de saber si molestamos y hasta dónde llegar y que cada uno de nosotros, nos ocupamos de respetar el espacio de los animales y su silencio. Aunque quieras gritar de emoción, alzar tus brazos o acariciar a ese leoncito que parece jugar a unos metros de ti como un peluche, tienes que vibrar internamente, y con susurros. ¡¡Emoción contenida, pero ya tendremos ocasión de comentar lo brutal que es!!
ANFITRIONES
Sin duda esa naturalidad de vivir entre animales salvajes la logran los amigos de Kik que me acompañaban en mi viaje a Tanzania y que como el elefante o la jirafa son parte de este medio.
Jonhy es un ranger capaz de sacar el jeep de sitios imposibles, enumerar miles de plantas y animales, contarte mil y una historias, ver animales dónde menos te lo esperas y sobretodo enseñarte a mirar y a ser parte.
Kiano, es un masai de piel cetrina, orgulloso de su tierra y curioso con todo el que va a visitarla, que deja ver constantemente sus perfectos dientes blancos, por que siempre sonríe!! Haciendo honor a su nombre por que Kiano en swahili significa Lleno de Alegria. Bonito nombre ¿no?
Y así es que no me canso de escucharles contar por qué esa tela roja de cuadros “a la escocesa”, qué es eso de enfrentarse a un león para probar la madurez masculina (¡¡menuda mili!!), qué comen, la vida nómada, su educación, sus fiestas y cómo se puede vivir pastoreando y durmiendo sin puertas blindadas en un lugar así, ¡con la fauna que hay!
Aunque… sin duda la fauna de Madrid hoy no tengo duda de que es más peligrosa… jaja
EL CRATER DEL NGORONGORO
Pero hay algo que me hizo entender la naturaleza un poco más y por qué podemos estar a unos metros sin ser “el desayuno”…
Fue en aquel inmenso Cráter del Ngorongoro ¡¡un lugar de película!!
Hace millones de años la explosión de un volcán gigante formó esta caldera de paredes de más de 600 metros y unos 20 kilómetros de diámetro y en ese espacio reducido se crearon armónicamente distintos ecosistemas que dan de comer y beber a unos 25.000 mamíferos de distintas especies!! Y eso sin contar aves, reptiles, insectos… y hablando sólo del Cráter, porque fuera hay muuuuuchos más.
Especialmente en Febrero ¡apunta! que es cuando se juntan ¡¡¡2.500.000!!! de mamíferos para “celebrar” la Gran Fiesta de la Natalidad.
Crias de todas las especies para poner al límite la ternura de cualquiera. Juntos para celebrar y principalmente para proteger a las nuevos elementos de la manada… Instinto de protección y concepto de comunidad en estado puro. Uno para todos y todos para uno me viene una y otra vez a la cabeza.
Y allí fue donde vi a todos los animales juntos “en amor y compañía”.
¡Si! las gacelas, las cebras, los ñus están a unos metros de aquellas leonas tumbadas a la sombra, como si no fuesen a convertirse en cazador y presa cuando el estómago de estos gatos grandes diga tengo hambre, pero definitivamente la clave es sólo saber cuándo los carnívoros quieren comer. Sin más.
SONIDOS DE LA NOCHE EN LA SABANA
Pero si ver a los animales desde el coche impresiona. espérate a sentir la noche desde la tienda… una fina tela que te separa de la actividad, frenética a veces, que se mueve en la sabana.
No hay duda de que con la oscuridad, los que vamos de visita somos el “animal” más indefenso y te haces muuuy pequeño en la cama.
Es probable que la primera noche no duermas, por que no puedas, o por que no quieras perderte ni un solo sonido, pero ¡no puedes salir, sólo escuchar y emocionarte! Ya lo comentarás mañana…
Aquel león de la Metro Goldwin Meyer es el que me daba a mi la referencia de cómo ruge el león, ¡pero no! no suenan así cuando “sólo deambulan por su casa”, es un sonido más apagado, pero tan intenso… ese sonido gutural que hace el león (que tan bien imita Kik) ¡¡no lo olvidaré jamás!!
Mucho más escandalosos son los gritos de los monos que parecen estar hablando alto para decir aquí estamos nosotros, las “risitas” de las hienas a las que el cine nos ha hecho tenerles tanta “manía”, el choque contra la tienda y el suelo de los escarabajos peloteros ¡¡jajajaja!! y es que ya os contaré cómo nos quitaros el sueño estos pequeños amigos, el viento y las ramas de los árboles y los distintos sonidos de los pájaros testigos desde el aire de la vida nocturna, pero… sentir retumbar el suelo al pasar un elefante es ¡¡¡indescriptible!!! puede que te haga abrazar la almohada como cuando eras niño, como si eso te hiciese invisible…
Sí… pasos lentos y medidos que para un animal de ese tamaño parecen imposibles pero no lo dudes, esquivan las tiendas como bailarinas saltando los, casi invisibles, vientos de la tienda.
COLORES DEL DÍA EN LA SABANA
Pero pasarán ellos, y pasarán las horas y quedará la paz del amanecer y entonces le toca el momentazo a otro sentido… La vista. No te pierdas cómo cambian los colores según las horas del día, especialmente con la subida y bajada del sol, pero es cuestión de segundos ¡No te entretengas si no te lo quieres perder!
No os he contado mi debilidad con las siempre elegantes jirafas, y es que tenemos mucho que contarnos. Fogata, silla a lo Mogambo, una mantita y un GinTonic… ¿Te animas?
¡Gracias Kik!