* Viaje recomendado por Kik Balanga en Kirguistán. Paisajes, caballos y tú...
Descubre la opinión de Kik Balanga
Kirguistán a caballo
¡Allá vamos!
Te subes en el avión con ese hormiguillo en el estómago de la primera vez. No por que sea la primera vez que te subes a un avión, que seguramente ya llevas varias millas recorridas… es que esto no es como ir a Londres, donde has estado mil veces, o a Cancún, donde sabes más o menos lo que te vas a encontrar. Ni siquiera como ir al Sudeste Asiático, donde probablemente también has estado (o al que al menos has visto muchas veces en prensa o televisión y del que sabes muchas cosas).
Nooo… Esto es otra cosa. Es el Asia Central, esplendoroso puente comercial y cultural durante varios siglos (fue la columna vertebral de la lengendaria Ruta de la Seda), pero de espaldas al mundo desde hace mucho tiempo, muy especialmente desde que la revolución rusa convirtió todas las naciones de la región en repúblicas soviéticas.
Los Caballos en Kirguistán
Si algo debes tener en cuenta desde el principio es que los caballos no son aquí un capricho, o una frivolidad para personas pudientes. Ni siquiera un deporte. Son el sistema nervioso del país, parte de su alma.
No existiría la nación kirguí, si es que se puede hablar de una sola nación en este popurrí de nómadas, si no fuera por ellos: transporte, fuerza de trabajo y compañía insustituible. Y no hablo sólo de caballos domesticados, que son parte de la familia y comparten con ella penas, alegrías, fiestas y deberes, sino también de caballos salvajes, que han hecho de esas montañas enormes su hábitat y su mundo.
Los Jailoos
Nada menos que el cuarenta por cien del territorio nacional está por encima de los tres mil metros, y a esa altura están también los numerosos lagos alpinos, de colores y reflejos imposibles; los impactantes cañones, desfiladeros y gargantas.
Los “jailoos”, esa piel verde que brota en primavera y dá de comer a tantos animalillos (ovejas, cabras, yaks, jabalíes, reses, caballos…)
Naturalmente, los animales, como los humanos, comen todo el año, así que animales y humanos van y vienen en esta parte del mundo al ritmo de las estaciones.
Más de la mitad del país se desplaza en primavera del llano (más urbano e industrial, aunque tampoco mucho) a las añoradas montañas. Montando y desmontando las yurtas, abriendo y aireando las casitas de madera que tanto nos recuerdan a los paisajes suizos… Si a algún lugar del mundo se parece esta región desconocida, mucho más agreste y salvaje, mucho menos retocada y vigilada, es a Suiza.
Aquí se comen cosas raras y cosas medio chinas, que vienen a ser lo mismo para un europeo como yo (Kirguistán hace frontera, por su lado oriental, con la parte más rusa, mongola y turquestana, de la China menos China).
Aquí conviven varios mundos
Aquí conviven varios mundos, el de la estepa, el de las montañas y el de las pequeñas ciudades, pero con muchas cosas que les unen: la distancia del mar, que significa aislamiento de las culturas lejanas; el clima, de una dureza en invierno que no tiene nada que envidiar al de Siberia, o la hiper-religión (hay mezquitas, sinagogas, iglesias cristianas y de todo) derivada de la no-religión impuesta por el régimen soviético.
La reacción a ese tipo de imposiciones ya sabemos lo que trae: más religión, más tradición y menos desarrollo. Pero no te preocupes, puede haber cabras y wifi en los mismos sitios, o sea, en el último rincón.
Puedes saborear la mejor gastronomía y encontrar someliers de primera en los buenos hoteles. Puedes hablar inglés con quién hable inglés, que los hay. Y puedes morirte de gusto sobre esos caballitos leales, serviciales y listísimos. Se conocen el país, sus recovecos y sus alturas mejor que nadie. Te lo vas a pasar pipa.
Alojamientos
ALOJAMIENTO PROPUESTO
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- Hotel 1 – Hotel La Iglesia En el siglo XVI, los portugueses construyeron una ciudad fortificada rodeada de gruesas murallas en Mazagan. Dos siglos después, Mazagan fue liberado y se convirtió en El Jadida “La Nouvelle”, hoy en día Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.En el corazón del casco antiguo, L’Iglesia es una iglesia española del siglo XIX convertida en un hotel con encanto.Dormir en una de las muchas suites del convento redecoradas al estilo de los años 30, desayunar con la playa como horizonte, acurrucarse en los salones de la nave de la iglesia, almorzar a los pies de las murallas y cenar en el salón del antiguo cónsul.Una isla de historia, un lugar atípico e íntimo, L’Iglesia encarna el espíritu del viaje moderno.
- Hotel 2 – Hotel Azalai Beach Cottage Al pie de los acantilados del Cabo Beddouza, la casa de la playa de Azalaï es un paraíso bañado en azul, enclavado en el hueco de un jardín del Edén. Palmeras, olivos, cactus, mimosas hacen de este sitio acampado frente al océano un destino inusual e inolvidable arrullado por las olas y el ritmo de las mareas.
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Agenda detallada del viaje
DÍA 1. LLEGADA A BISHKEK
Después de una cuantas horitas de vuelo, seguramente aterrizáis por la mañana ¿Os darán café, “kumus” (fermento de leche de yegua), albóndigas de caballo? Seguro que el guía que os reciba y os lleve al hotel os va a a tranquilizar: os espera un buen desayuno europeo, de los que saben a gloria.
Os registráis en el hotel y salís a ver la ciudad. Tour por el Museo de Arte, la Plaza Ala Too y los principales edificios administrativos (Parlamento, etc..)
La plaza fue construida en 1984 para celebrar el 60 aniversario de la República Socialista Soviética de Kirguistán, momento en el cual se colocó una enorme estatua de Lenin (y razón por la cual se llamó Plaza de Lenin durante muchos años, hasta que Kirguistán obtuvo su independencia de la URSS en 1991). La estatua se trasladó en 2003 a una plaza más pequeña de la ciudad, que también visitaréis. Os recomiendo que le echéis algunas fotillos, porque es la única del “personaje” que ha sobrevivido en toda el Asia Central (y supongo que hubo unas cuantas).
El Museo de Arte, pequeño y con encanto. Tiene artesanía local, pinturas, tapices… Muy chulo.
Alojamiento en hotel.
DÍA 2. BISHKEK - GARGANTA DE SHAMSHY
Desayunaréis temprano y saldréis por carretera hacia la garganta de Shamshy. Tres horitas de Kirghistán puro, con sus paisajes desolados, sus cielos inmensos y sus animalitos correteando por todas partes. Muchas tiendas nómadas, especialmente si viajáis en verano.
Por el camino visitaréis la torre Burana, un complejo arquitectónico de los siglos X y XI que tuvo un papel fundamental en la Ruta de la Seda. Y a continuación, ellos, los preciosos caballos que os esperan. Hechas las presentaciones (jinetes, caballos, viajeros, guías…) y tras un picnic en plena montaña, empieza la aventura.
La cabalgada que sigue os va a llevar hasta el paso de Shamshy, a 3.570 metros, aunque sin entrar todavía en él. Váis a experimentar una diferencia de altitud importante en este primer día, así que poca broma (doy por hecho que no tenéis problemas físicos incompatibles con la altura). Cena bajo el cielo, hogueras, tienda para dormir y todas esas cosas de la aventura-aventura de verdad. Una gozada.
DÍA 3. PASO DE SHAMSHY - JAILOO DE SARALA SAZ
Día 3. El Jadida – Casablanca – Madrid
Los jailoos de Kirguistán son algo más que meros prados montañosos cubiertos de pastos; son un estilo de vida. El jailoo es una meseta elevada, blanca o verde, según la época del año, pero siempre imponente. Especialmente limpia, luminosa y espléndida cuando llega el deshielo, y de los nevados próximos llega un agua cristalina increíblemente pura. Es en ese momento cuando una parte importante de la población abandona los valles y se instala en la campiña durante todo el verano. Para entendernos, es como si en España abandonáramos todos las ciudades y nos fuéramos al campo, a pasar, entre la cosecha y el pastoreo, el verano entero. Conocer los jailoos, pasar en ellos unos días, o muchos, es parte integral de la experiencia kirguísa. Es respirar la cultura y la historia de este remoto y desconocido país.
Hoy, después del desayuno, cruzaréis a caballo el paso de Shamshy y descenderéis hasta el jailoo de Sarala-Saz, con impresionantes vistas de Kara Moinok y Sandyk, las cordilleras del sur. La puesta de sol frente a esas montañas y un buen té de bienvenida os dejará cuerpo y alma como recién salidos del tinte. Un par de caricias a los caballos, una buena cena, y a dormir, ellos y vosotros. (Al raso y en la tienda, respectivamente).
DÍA 4. JAILOO DE SARALA SAZ - JAILOO DE IRI SUU
Jornada a campo abierto, al paso o al trote, según se tercie. Hay una tiradita, así que el almuerzo será ligero. Pero la cena, una vez lleguéis al jailoo de Iri Suu, va a ser buena, así como la cabalgada nocturna sobre la colina hasta el hermoso valle del río Kaskha Suu. Aquí se encuentra una de las mejores estaciones de esquí del país. Es un paraje precioso, incluso sin nieve. Y además, sin nieve, cuando la primavera derrite los glaciares, los ríos y los lagos, es cuando podéis probar los deliciosos ruibarbos de la región. A la brasa, guisados… En fin, volviendo a lo nuestro, gran subidón al atardecer (es sólo una metáfora, no os asustéis) con nombre muy raro: el “alpenglow”. Un fenómeno de luz casi a la altura de las auroras boreales.
El alpenglow es un fenómeno óptico en el que se observa una banda roja horizontal en el horizonte opuesto al sol. Este efecto ocurre cuando el Sol está justo debajo del horizonte. Es más fácil de ver cuando las montañas se iluminan, pero también se puede observar cuando el cielo se ilumina a través de retrodispersión. Dado que el Sol está por debajo del horizonte, no hay camino directo para que la luz alcance la montaña, pero sin embargo, se refleja en la nieve, el agua o las partículas de hielo suspendidas en el aire. Estas condiciones diferencian un amanecer normal, o un atardecer, de un alpenglow. En cualquier caso, mucho mejor verlo en vivo que esta chapa explicativa. Es mágico.
DÍA 5. IRI SUU – PASO DE BUCHUK - JAILOO DE SOOK
Después del desayuno en Iri-Suu os espera, no os voy a mentir, una penitencia de las buenas. Comienza con la travesía del extremo occidental del valle de
Kochkor, a través de un territorio casi vacío: matorrales secos y poco más.
Después de cruzar el río Karakol, ascenderéis mil metros (ya habías perdido altura,
pero ahora toca recuperarla) hasta alcanzar el paso de Buchuk (3.400m). Y al otro lado, después de un breve descanso para almorzar en el camino, nueva
bajada al valle de Sook.
Cena a cielo abierto, como siempre, y noche en tienda, como siempre. Palmadita a los caballos y a dormir, que falta os va a hacer.
DÍA 6. VALLE DEL SOOK - PASO DE KUM BEL - JAILOO DE KOLDUU SUU - PASO DE KYZART
Desayuno en Sook y desvío hacia el siguiente valle por el oeste, para conseguir la mejor aproximación al paso de Kum Bel (3.600m) Desde el paso, seguiréis en dirección este hasta alcanzar la cima (3.656m sobre el nivel del mar). Vistas alucinantes de 360 grados, especialmente la escarpadísima caída por la cara norte.
Seguíréis cabalgando hacia el este, una buena ocasión para probar vuestra destreza con el caballo por esas laderas (de vez en cuando, os parecerán Despeñaperros).
Almuerzo en un hueco protegido de la montaña y descenso, por fin, al Valle de Kolduu Suu. A estas alturas (nunca mejor dicho), la adrenalina os habrá puesto ya a cien, así que, despacio y buena letra en el descenso hasta la yurta que os espera en el paso de Kyzart. Después de semejante paliza, vais a dormir como angelitos.
DÍA 7. PASO DE KYZART - JAILOO DE KILEMCHE
Un nuevo día. Un nuevo chute de optimismo al encontraros con esas montañas imponentes y esos pastizales inmaculados.
Desayuno y vuelta al caballo, esta vez con rumbo sur, hacia la carretera de Kochkor a Jumgal. Trasegando un poco al este, otro poco al sur, cruzaréis el espléndido jailoo de Kyzyl-Kiya, un enorme mar de hierba relativamente plano. Continuaréis por el paso de Chaar Archa (3.061 metros de nada) hasta el valle del mismo nombre. Y aquí si, paradiña apetitosa junto al río (los almuerzos kirguíes son cosa seria) con vistas a la montaña sagrada de Baba-Ata (4.400m).
El sendero que vadea el río y os lleva a las colinas verdes del jailoo de Kilemche es uno de esos regalos de la naturaleza que nos llegan al alma. Kilemche significa “como una alfombra”, y es que esta alfombra de hierba con infinitos colores y matices cubre sierras enteras. Colores y matices como los de cualquier shyrdak (una típica alfombra de fieltro kirguí), de ahí su nombre.
Cena deliciosa, hoguera, silencio, y el confortable olor a fieltro de la yurta, que os invitará a dormir. Buenas noches.
DÍA 8. JAILOO DE KILEMCHE - PASO DE JALGYZ KARAGAI - LAGO SON KUL
Después del desayuno en Kilemche os espera una subida importante hasta el paso de Jalgyz Karagai (3400m). Esta escalada mañanera, sobre las montañas de Song-Kul y la cuenca del lago ofrece maravillosas vistas del jailoo de Kilemche, y la cabalgada en sí es rocosa y emocionante. Desde el paso, el lago parece muy lejano, pero a medida que avanzas, bajando las pendientes, se va haciendo más y más grande, hasta que finalmente, el lago y la gran muralla de montañas que tiene detrás llenan casi por completo nuestro campo de visión. Después de almorzar en el Jamán Echki, seguiréis junto al lago, hacia el oeste, hasta alcanzar la yurta TuzAshuu, que se encuentra en una de sus orillas. En esta ocasión la yurta no es cualquier cosa, sino que es el hogar de una auténtica familia de pastores. Ellos serán vuestros anfitriones por esta noche y os harán una típica cena kirguisa de verdad. Llevaos un diccionario de kirguí, por si acaso.
Por cierto, Song-Kul, un lago de montaña a 3.000 metros de altura y entre enormes picos recortados sobre el cielo, es una de las cosas más bonitas que hay en este mundo.
Entre el ballet permanente de las nubes, reflejadas en el agua, y el espectáculo multicolor de los pastos, el lago cambia bruscamente de color en un abrir y cerrar de ojos, o en un ir y venir de nubes y rayos de sol. Esmeralda, turquesa, añil, violeta… Es un lugar sublime para ver amanecer, atardecer, ¡un puntazo! o, sencillamente, contar estrellas en esos cielos nocturnos casi transparentes.
Eso de la contaminación lumínica no saben aquí ni lo que es.
DÍA 9. TUZ ASHUU - TULPAR TASH
Desayuno y cabalgada mañanera en dirección a la parte occidental del lago, el jailoo de Tulpar Tash. Disfrutad de este estupendo paseo a orillas del lago y de las vistas panorámicas que se os van a ofrecer a un lado, al otro y por todas partes. La excursión termina en Tulpar Tash, en el hogar de una nueva familia de pastores que os alojarán en su yurta king size y os darán espléndidamente de cenar.
DÍA 10. TUZ ASHUU - TUULOA TASH
Este día toca cabalgar unos 17 km por terreno llano. El paisaje es bonito, con las yurtas de los pastores, los críos y los animalitos por allí trotando, pero al final se vuelve un poco monótono, porque en esta parte no hay árboles, ni siquiera arbustos alrededor del lago. Pero por vegetación no va a quedar: interminables campos de edelweiss (la apreciada flor de las nieves que tanto enamora) o de myosotis, la romántica flor azul, os acompañarán todo el camino durante la cabalgada.
Conductores y vehículos os recogerán cinco kilómetros antes de nuestro campamento, provisto con yurtas de viaje. Es hora de decir adios a los caballos, ya veréis con cuánta pena.
Cena y alojamiento en el campamento.
DÍA 11. SON KUL - BISHKEK
Después del desayuno podréis dar un paseo por el area de Song Kul, para explorar un poco la zona y tomar algunas fotos. Os tocará despediros también del lago, y también con pena.
Regreso a Bishkek y alojamiento en hotel.
DÍA 12. BISHKEK - AEROPUERTO
Llegó la hora de volver, y apuesto que os quedaríais unos días más… Al aeropuerto para embarcar en el vuelo de regreso a España. Y sin dejar de pensar… ¡Menudo viajazo he vivido!
Fin del viaje.
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